La profesora de orgasmos

domingo, 8 de agosto de 2010

La profesora de orgasmos.

Esta historia es continuación de TRES DE CADA DIEZ.

28 de Julio del 2010.

Me levanté temprano, desayuné con mi marido y cuando se fue al trabajo, hice lo que le había recomendado a mi vecina: En la cama, me puse saliva en el índice y el corazón de la mano derecha y comencé a acariciarme. Los labios, el principio de la vagina, mis flujos empaparon mis dedos. Usé la mano izquierda para exponer el clítoris, y ataqué directamente su cabecita, tras meterme los dedos en mi concha y dejarlos bien mojaditos. Me toqué hasta explotar. En mi mente, Hortensia se masturbaba al mismo tiempo. Su rostro y sus inmensos ojos negros, que se llenaban de lujuria mientras la lengua recorría sus labios glotones, me acompañaron en el viaje.

Mi hijo seguía durmiendo. De una manera inconsciente, abrí la compu y tras leer El País y La Nación, me puse a escribir sobre lo que me había ocurrido el día anterior. Me salió en un tirón. Quise dar distancia con la receta. me veía dentro de una película erótica.

Al fin y al cabo no había pasado nada, una simple conversación de mujeres. Pero ella me gustaba mucho, llevaba demasiado tiempo sin estar con otra chica, el embarazo me tiene más sensible y sensual. Me estaba haciendo una paja mental, confundiendo deseos con realidades.

Entré en TR, leí algunas novedades, hice algún comentario y el MAAAMAAA de mi hijo me avisó que tenía que cambiar el chip. Preparar desayuno, presencia durante el mismo, lavar cara y manos, ayudar a vestirse, aguantar hasta que haga sus necesidades, lavar culito, en fin esas cosas que hace una madre de hijos pequeños.

Cuando bajé al parque, Hortensia se había adelantado. Los niños se fueron a jugar.

Su sonrisa de picardía traslucía su encontrado placer.

"Lo he hecho. Gracias."

Y me dio un abrazo y un piquito. Creí derretirme cuando sus labios tocaron los míos.

"Ha sido estupendo"

Esperaba más de mí, más información, más maneras y modos de llegar al placer supremo.

La mañana estaba preciosa, así que no tenía mucho tiempo, enseguida caerían más mamás o abuelas.

Le expliqué el uso del chorro del bidet, de la ducha teléfono, cómo aprovechar el sueño del hombre, después de coger, para acabar si una no ha terminado. No dio para más, el jardín se convirtió en una guardería .

La veía feliz, más risueña. Todas subimos tarde a almorzar, se estaba bien al sol invernal.

Tras comer con mi hijo, y mientras se echaba la siesta, me puse a releer a Bryce, era mi homenaje a mi peruana deliciosa.

La tarde transcurrió tranquila. Yo hice la cena, no soy buena cocinera, una sopa de pescado y un pastel de merluza.

Me sentía culpable con mi marido, deseaba a otra persona, me calentaba pensando en su cuerpo adorable, en sus senos poderosos, su boca carnosa, su cola dura y rotunda que el jean remarcaba. Decidí hacer algo por él, que le gustara.

Con el niño dormido le besé, y le tomé de la mano para ir al dormitorio. Me apreté contra su cuerpo y le devoré la boca.

"Estás cachonda"- dijo con una sonrisa en los labios.

"Espera que me desnude, y deja que luego te lo haga yo a ti."

Me quité la túnica y la bombacha en segundos y empecé con él. La camisa, besando su pecho, lamiendo su vientre y mordisqueando sus pezones, mientras desataba el cinto y desabrochaba los pantalones para que cayeran al suelo. Mi mano acarició su verga que despertaba empujando la fina tela del calzoncillo. Me arrodillé y bajé la prenda , mientras mi boca golosa atacaba su miembro. Me la metí dentro jugando con mis labios como colchones de su carne.

Estaba hermosa , dura , mojada de mi saliva y sus primeras gotas de néctar.

Me levanté y me puse a cuatro patas en la cama.

"¿ Querés cogerme por el orto?" – se que le gusta darme por culo. A mi no me desagrada , pero no es mi vía de placer favorita. Y que se lo proponga así, en argentino guarango, le pone aún más.

" Sabes ser una putita encantadora que da gusto a su marido"- dijo mientras sacaba un forro del mesita de luz .- " Pónmelo con la boca"

Puse la punta en la boca y haciendo presión con los labios, hice que el condón cubriera toda la carne.

Esperé su entrada, me llenó de saliva el oscuro orificio poniendo luego la punta de su glande en la estrecha abertura, empujó despacio hasta llenarme con su polla. Luego comenzó un suave mete y saca, cuando aceleró me di cuenta que iba a estallar.

Pero la sacó del apretado camino, se quitó el protector y me la metió en la concha que totalmente empapada la recibió con alegría. No fueron muchos los embistes que le llevaron a soltar la leche en mi interior.

Limpié con la lengua los restos de semen de su miembro , todavía grueso , pero ya no poderoso.

"Tú no has acabado. Quieres que te lo coma"

"Prefiero que me veas hacerme una pajita, pero dime palabras fuertes..mientras"

Mi mano buscó mi clítoris y empezó a acariciarlo.

" Putita, yegua, guarra , gatita , viciosa , perra…"- resonaban en mi mente mientras mis dedos me llevaban a puerto.

" Si te digo que la vuelvo a tener dura, ¿qué me dices?"

" ¿ Querés que te la mame o que te haga una paja o volver a cogerme?, aunque si lo haces me destrozas"

"Prefiero hacérmela yo y tirarte la leche encima"

Me encanta ver a mi hombre pajearse, tanto que al tenerle frente a mí jugando con su pija, no pude evitar volver a masturbarme. Llegué al orgasmo unos segundos antes que su descarga me mojara la cara.

Tumbados, totalmente relajados, abrazados, nos quedamos dormidos.

29 de julio.

El día había amanecido con lluvia y frío. Mientras hacía el desayuno, mi marido preparó unas lentejas para el almuerzo. Los viernes no trabaja en la tarde.

( Abrir dos latas de lentejas cocidas, ponerlas en el cazo. Añadir 3 ajos y una cebolla pequeña , cortada en 4 partes, un poco de panceta, morcilla, salchilla y/o chorizo barrillero, chorizo colorado si lo hubiere. Añadir puré de tomate, poco, y un par de cucharadas de pimentón dulce. Agua hasta que lo cubra todo con generosidad y poner a fuego fuerte hasta que empiecen los primeros borbotones del hervir. Pasar el fuego a mínimo y dejar hasta que la panceta esté blanda. Conservar hasta la hora de comer y ahí dar un calentón hasta el primer hervor)

Me besó y se fue. Me quedé sola con mi hijo durmiendo. Me di a la prensa, estaba nerviosa, hice un sudoku de Clarín y pensaba en ella.

El poner en marcha al niño, hizo que tuviera que ocuparme de otra cosa, tocaba día en casa y rol de mamá, dedicada a entretener al pequeño.

Serían las 10 pasadas, cuando sonó el teléfono. Era Hortensia.

" Hace un día de mierda, ¿ qué haces? ¿ quieres que no veamos?. Podemos tomar un café mientras los niños juegan : Siempre será menos pesado"

" Sube si quieres, yo iba a ponerle Peter Pan, para que estuviera entretenido y quieto."

No me dio tiempo ni arreglarme, en menos de cinco minutos estaba en casa.

Estaba preciosa, me hacía latir el corazón hasta casi dolerme. Me dio un pico, temblé, no me atrevía a hacer nada para no asustarla, dejaba que ella tomara las iniciativas.

Tras ponerles la película y ver que se enganchaban con Wendy, les dejamos solos, iban a ser pocos minutos hasta que pidieran compañía.

"Lo del agua, fabuloso. No sé cómo agradecerte lo que estás haciendo por mí. Me estoy descubriendo a mí misma."

El saber que se dispone de escaso tiempo, me hizo aventurar mi jugada siguiente.

" Yo creo que me puedo apañar con los dos. Ven al dormitorio, creo que te puedo dejar algo para vos , mientras dura la película"

Me siguió a la alcoba, abrí el placard y bajo la lencería le mostré los juguetes. Ante ella un pequeño arsenal de vibradores, consoladores, arneses y bolas chinas. Se quedó impresionada.

" ¿ Usas todo eso?"- preguntó como una niña ante una fuente de chocolate.

"Sí, mira te voy a dejar éste. Es fácil de disimular, parece una barra de labios, y vibra muy bien. Está limpio, puedes llevártelo."

" ¿ Cómo lo uso?. Nunca he tenido ninguno."

"Cuando estés calentita te lo pones junto al clítoris y lo haces vibrar así:"

Lo accioné y se lo apoyé en el dorso de la mano.

" ¿ No te importe que me baje y lo pruebe? Así cuando venga a por mi hijo, te cuento cómo me ha ido, y por si no lo entiendo"

Me apetecía que se quedara, pero dije: " Me parece bien, pruébalo y luego vuelves"

Las deliciosas aventuras de él que no quería crecer y del Capitán Garfio, modelo de malvados, nos tuvieron entretenidos a los dos niños y a mí, pues con ellos tuve que estar para que se quedaran tranquilos.

Mi mente estaba con Hortensia, ¿qué estaría haciendo? ¿cómo serían sus orgasmos?, el pequeño vibrador, compañero de mis juegos eróticos, lo sentía como si fuera mi dedo acariciándola nervioso.

Un poco antes de la una, llamó a la puerta. Al abrirla, me dio un beso, sin lengua, pero dejando que sintiera lo mullido de sus labios.

"Es maravilloso, nunca creí que pudiera gozar tanto"- dijo devolviéndome el pequeño lápiz.

"Quédatelo, ya me lo devolverás. Pero que no te lo encuentre tu marido."

"Lo guardaré bien, que es muy antiguo, y estas cosas no le parecen bien"

Nuestros hijos, que jugaban con un viejo barco de playmobil, reliquia de la infancia de mi marido, vinieron corriendo. La peruana se guardó el juguete en bolsillo de su pantalón.

Era hora de despedirnos, los hombres llegarían en una hora.

Tras almorzar, me quedé casi sola en el salón. Mi hijo dormía la siesta, y mi marido, en un sillón, estaba enfrascado en la lectura de Cicerón. Una novela de Harris, y la serie Roma, le habían abierto la curiosidad sobre dicho personaje.

Fuimos a la compra a Jumbo. A la vuelta, baño al niño, cena ligera, y acostarlo. Lalo estaba en el pequeño estudio, con la compu abierta, estaba leyendo mi historia de "Tres de cada diez". Me di cuenta que no debía haberla publicado, pero TR es una adicción, como la ginebra para algunos alcohólicos.

Me miró con una sonrisa de superioridad, o eso me pareció al menos. Algo se me removió dentro y lo largué rápido, sin pensar, como una ametralladora.

" Por favor, no me jodas esta historia. Vos fuiste el que al dar cuerpo a mis ratones de estar con otra mujer, me convertiste en lo que soy. Una mujer que las desea, que goza haciendo el amor con las de su mismo sexo: Una lesbiana. La mayoría de las veces que he estado con otra mujer ha sido o en un trío con vos, o en un intercambio. Y tú que eres un celoso, si lo has hecho, es porque las tías estaban buenísimas, no para que yo supiera lo que era estar con dos hombres. Me es casi imposible estar con otra mujer, desde que su fue Julia a Nueva York . Soy una mujer casada con un ejecutivo gallego, vivo en una torre que parece un castillo o una cárcel dorada. Nuestras amistades, con los que salimos, son los mismos burgueses de mierda que somos nosotros, que si supieran que me vuelven loca las mujeres , nos rechazarían. Si muchos de ellos van a misa.

Nuestro hijo me ha llevado todo el tiempo, teniéndome enjaulada. Si trabajase, podría intentar conocer a otra mujer, pero en casa, tú me dirás. Y encima, y estoy encantada con ello, estoy embarazada. Así que déjame disfrutar de este rayo de luz que tengo. (1)"

La respuesta de mi marido me dejó helada.

"Cariño, ¿ cuantos pitillos has fumado hoy?"

" Dos, uno después del desayuno y otro con el descafeinado del almuerzo"

" Vamos al salón, y nos echamos otro, que no has llegado a los cinco"

Sentados en la mesa, mientras yo paladeaba el Lucky, con sus ojos fijos en los míos, mirando lo más profundo de mí, comenzó a hablar.

" Gatita, te quiero. Me enamoré de ti el primer día que te vi. En los más de diez años que llevamos juntos, los días pasados a tu lado, ha sido lo más maravilloso que me ha podido suceder. Eres casi perfecta, buena madre, y como dice el refrán: Puta en la cama, señora en el salón, eso sí fallas como cocinera en las comidas. Te deseo siempre, eres una joya cogiendo, abierta , dispuesta a cualquier experiencia. Y me gustas, eres un minón con un lomo bárbaro como decís vosotros. Pero eres mucho más, eres mi pareja, mi amiga, mi alma gemela, la razón de mi existir, mi alegría. Sabes me pasa como aquello que decía Benedetti: en la vida , codo a codo , somos mucho más que dos. Y puesto en poesías, si yo fuera dios haría un ser igual que vos, para probarlo, gozarlo y disfrutarlo. Estate tranquila, pero ten cuidado, no te hagas daño. Yo siempre estoy y estaré a tu lado"

Lo dijo, con voz tranquila, muy despacio, con pausas, pensando lo que decía , tanto que el Lucky casi estaba consumido. En esa situación , ¡ qué puede hacer una mujer!. Dar la última calada, y besarle con toda el alma puesta en el abrazo y añadir un TE QUIERO.

El final de la historia requiere otro capítulo.

(1). Nuestra vida de pareja, y mi aprendizaje del lesbianismo, está narrado en Aprendiendo en Iguazú, Verano familiar, Muñeca adorable, Muñeca perversa, Muñeca viciosa, Vida de hotel, La gata y su presa, Intercambio en los Roques, Orgía en los Roques, Totalmente desnuda, me excita que me miren, Puta e ingenua.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
 
 

ChatBox