Seducción nocturna

domingo, 8 de agosto de 2010

La noche se alarga en vahos de sexo y miserias humana. Se mezcla con el humo de un cigarro consumiéndose en solitario y el aroma de mi cuerpo sediento de caricias indecentes.

Te busco en la personalidad de hombres ambiciosos de pasiones furtivas.

Tienen la premura de lo instantáneo, necesitan descargar tensiones, en éxtasis que culminen con un día más de soledad y tedio, sin preámbulos ni ternura previa, en la procacidad del sexo furtivo.

Los seduzco hasta el hartazgo, busco en cada uno la minima insinuación de tu presencia y no la encuentro.

Busco la magia de nuestro primer encuentro, cuando de la mano de una copa de más encendiste mis entrañas en busca de teclas que te eran esquivas, pero se me niega.

Continúo en la búsqueda de amantes fantasmas, portadores de sueños...en la madrugada desisto de todo intento.

Necesito el tiempo y la presencia de la que ellos carecen.

Las primeras luces del alba obligan a un corto sueño, te llevo conmigo, no habrá despedidas, te siento en mi cuerpo, dormirás conmigo.

Me recuesto en tu hombro, me abrazo a tu cuerpo, elevo mi rostro y encuentro tu boca...mordí la manzana...ya no hay retroceso.

Tus labios, tu lengua convierten en humo mi cordura innata, mi sensatez naufraga en tu locura, soy presa fácil ante tu avaricia de besos.

La sed de mi cuerpo la sacio en tu boca, el frío lo cubre tu cuerpo...en unión con el mío, se convierten en uno.

Tus manos ansiosas reavivan el fuego, encuentran mi desnudez, por mis poros empieza a fluir pasión.

Rozas con las yemas de tus dedos la erección de mis pechos y te doy suspiros entrañables, me despiertas a la vida con tus manos.

Abandonada al beso, entre escalofríos y temblores, percibo tus manos en húmedas y secretas travesías, transitar por las lúbricas galerías de mis pasiones.

Tu boca abandona la mía por instantes y realiza cortos recorridos por mi piel... itinerante, por la hoguera de mis pezones.

Te montas en mi vientre, la anatomía de tu sexo se acopla al mío arrancando de mi garganta gemidos, mientras mi carne crepita de deseos.

Me mojas en sudor, tibio y salobre, el mío resbala por mi espalda.

Y te acepto...dulce...tierno...agresivo...o indecente.

La memoria de mis manos reconocen tu perfil y tus relieves, aun sin conocerlos -pero los he transitado tantas veces!!!!!!

Te poseo en mí, espontáneo, irrepetible...bajo mi piel te agitas.

Te presto la humedad de mis cavernas y me robas mareas de placer e instintos en cada movimiento que realizas en búsqueda del centro rojo encendido de mi infierno.

Tiemblas en mi interior...vibras de lujuria...irrelevante...y me acoplo en fluctuantes y recíprocos impulsos.

Escucho cuando gimes...excitado...y tus gemidos me llenan de una pasión desatada.

Y me exploras...y me penetras...en vano empeño por echar raices, yo sin sentido lo permito.

Ebrio de éxtasis derramas la flor de tus sentidos.

La potencia de tu sexo arde y pulsa...y te derramas para mi, bañándome por dentro con fiereza.

Una estela de orgasmos precipitan temblores involuntarios que agotan nuestros cuerpos.

Hemos librado otra batalla en pos de placeres ancestrales, no firmaremos la paz, solo una tregua, solo con un beso que sella la promesa de placeres futuros.

Me despierto huérfana de tus brazos y de tu pecho: -como se hace tu ausencia insoportable!

Permito a mis manos seguir la huellas de las tuyas...es la parte de ti que queda en mi cuerpo.

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